El deporte no tiene género ni raza ni religión. Las mujeres han estado muchos años, y todavía lo están en muchas partes del mundo, mal vistas en la práctica deportiva. Cualquier persona, cualquier mujer debería poder practicar su afición deportiva con toda libertad. Porque el deporte es eso, libertad. Sentirse libre, disfrutar de las actividades deportivas sin más limitaciones que su propio cuerpo. El deporte es salud, vitalidad, compañerismo, competición, amistad, sacrificio, superación, retos, diversión, bienestar, esfuerzo, reír, llorar...las sensaciones y los aprendizajes que se consiguen con la práctica deporte no tienen comparación con otras actividades. Y pertenecen a las personas, mujeres y hombres. Las mujeres han librado y siguen en ello, una batalla en cuanto a la igualdad en el tema del deporte y afortunadamente las cosas han cambiado mucho. Una de las pioneras en esta batalla fue, Katherine Switzer, la primera mujer en correr un maratón, en Boston en 1967, prueba destinada en aquel entonces a los hombres como muchas otras. Ella sólo quería demostrar que las mujeres también podían correr esa distancia, -actualmente las mujeres y hombres corren las mismas distancias en carreras y competiciones de todo tipo- y lo que es más importante, que el deporte nos mira y nos llama a todos por igual sin distinción de género.
La carrera le cambió la vida y a su vez la vida de muchas personas.
Este vídeo va por ella, por ser una de las pioneras en la lucha por la igualdad de derechos entre las personas.
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